En esta segunda entrega de la serie de Preguntas & Respuestas, nuestro sommelier Eliezer Rondón vuelve al Nuevo Mundo, esta vez para guiar al enoturista y a todos los amantes del vino entre la variedad y riqueza a descorchar que ofrece Estados Unidos.

🍷 Los amantes del vino están leyendo 365 Días. Uno para cada vino.

1. ¿Qué debería saber un winlover de Estados Unidos como país productor de vinos?

“La primera información que debe tener un winelover en territorio norteamericano es que la producción de vinos no solo se concentra en la Costa Oeste -es decir, entre California, Washington y Oregón-, porque de los 55 estados que conforman el país, 52 producen vino. Estados Unidos es la cuna de los vinos del Nuevo Mundo y al día de hoy está entre los primeros productores de vinos en el planeta. Así lo demuestra su industria conformada por tres mil viñedos, aproximadamente”.

“Es un universo rico y diverso que le plantea no pocos retos al amante del vino. Hay estados que tienen vinos de altísima calidad a buen precio, por ejemplo New York, Virginia, Texas. Y otros inesperados como Ohio, Missouri y Michigan, donde a causa del clima, muy pocas veces se trata de vinos de guarda, porque les falta acidez, pero no por ello han dejado de brindarle buenos momentos a la conocedora Ophélie Neiman. Esto motiva al winelover a probarlos todos –o al menos a intentarlo-, sin distinción, tanto los de consumo diario, como los reservados para las grandes ocasiones”.

“Por cierto, un vino curioso e interesante, digno de catar con detenimiento, es el de Hawái, donde existe una pequeña producción en una zona tropical”.

2. Estados Unidos es un importante consumidor de vinos, ¿qué tendencias se ven actualmente en este país?

“Hay un consumo sostenido y muy dinámico, gracias a los cambios experimentados en los ámbitos de la producción y el mercadeo, donde se ha podido observar una importante evolución durante los últimos 15 años”.

“Antes los productores buscaban hacer un vino con mayor estructura aplicando un tiempo de guarda más extenso. Hoy en día aquel exceso de barrica ha quedado atrás. Todo es más ligero y se están elaborando vinos para atraer al consumidor joven. Una tendencia es la de los vinos llamados fruity: sencillos de beber, sweet, porque están hechos con mucha fruta. De retrogusto abocado y una nariz que reafirma la fruta. Como reconoce Neiman en El vino no tiene misterio: el estilo norteamericano se caracteriza por un ligero dulzor en los vinos tintos, ese cierto acento de la madera, más cremosidad en los blancos, y un sabor afrutado más extrovertido en sus vinos”.

“Dentro de las nuevas tendencias también debemos mencionar los vinos envasados en latas o cartón, como los Tetrapak y Bag in Box, con los cuales la industria ha buscado hacer el consumo más amigable al comprador acercándolo al mismo nicho de mercado de la cerveza”.

3. ¿Mencionarías diez vinos de buena relación calidad-precio que un winelover debe probar al viajar?

“Es una tarea difícil esta apretada selección, dada la riqueza y variedad; pero si me pones a escoger destacaría los siguientes:

• Juggernaut  Wines Cabernet Sauvignon. Costa Norte.
• J. Lohr Chardonnay. Arroyo Seco. Monterrey.
• Alexander Valley Vineyards Cabernet Sauvignon. Alexander Valley Sonoma.
• Rodney Strong Pinot Noir. Russian River. Valley Sonoma County.
• Emmolo Sauvignon Blanc. Napa Valley y Suisun Valley California.
• A to Z Wineworks Pinot Noir. Oregon.
• Grgich Hills Estate Blanc Fumé. Napa Valley.
• Quest Austin Hope Blend Paso Robles. California.
• Keuka Spring Gewürztraminer Finger Lake. New York.
• Brotherhood Riesling New York”.

4. ¿Qué tiene Estados Unidos como terruño para ser reconocido como país vitivinícola?

“Si bien debemos reconocer que no todas las regiones del país tienen climas y suelos favorables para el cultivo de la vid, hay que observar también que ello no ha sido impedimento para el desarrollo de la industria. Claro, en este caso sí debemos enfocarnos en la Costa Oeste, porque allí existe una variedad de microclimas muy interesante. Pese a la falta de lluvia en California durante la etapa de maduración de la uva por su ubicación frente al océano Pacífico, el clima es mediterráneo, con vientos frescos y mucho sol”.

“En distintos lugares podemos destacar el clima intercontinental, el clima de montaña, que ha creado un ecosistema el cual permite que las variedades se desarrollen perfectamente. Y en efecto se desarrollan muy bien las variedades internacionales, como las variedades autóctonas y, con estas últimas, la producción vinícola de cada región ha ingresado con propiedad en el AVAS (American Viticultural Area), el sistema de clasificación basado en rasgos geográficos y climáticos distintos”.

“Cuando uno está ante una botella de cualquiera de estos vinos debe revisar la etiqueta y buscar en ella la marca AVA, porque esto describe el Área Vitivinícola Americana y nos habla de un buen control de calidad basado en el reconocimiento del producto, de su legitimidad histórica, del cuidado de las condiciones de cultivo y del cumplimiento de una exigencia que certifica el empleo de un 85% de uvas locales”.

5. ¿Algo particular que quieras comunicar del vino americano?

“Aprovecho la ocasión para referirme a uno de los ‘mitos’ creados en torno a este maravilloso producto: cuando te encuentras fuera de Estados Unidos puedes creer, erróneamente que todo el vino americano es costoso, que el precio mínimo puede estar entre 60 y 70 dólares; pero esto no es así, puesto que en el rango de 10 a 30 dólares consigues muy buenas opciones de relación calidad-precio en todos los estados productores y, en especial, en el Columbia Valley de Washington, donde consigues desde un riesling o un sauvignon hasta un merlot o un chardonnay de excelente calidad y precio”.