Introducción por Adriana Gibbs
I.
Te presento al segundo Ebook de Ediciones Punto Paladar, un libro concebido para combinar el placer de leer con el placer (o el gusto) de beber. El primero fue 365 días, uno para cada vino, que circuló bajo mi autoría a partir de enero de 2021.
Ahora es el turno de los destilados y qué mejor manera de hacerlo que con el barman literario de Cantina: el escritor, profesor e investigador Ángel Gustavo Infante, de extensa trayectoria en nuestra escena cultural, quien en la actualidad dirige el Instituto de Investigaciones Literarias de la Universidad Central de Venezuela.
Cantina fue el inicio, la primera sección de mi website www.adrianagibbs.com iniciada en julio de 2017, donde se han ido mostrando algunos de los textos que conforman el presente volumen. La invitación que te hacemos es la de acompañarlos en el sereno tránsito hacia la noche, cuando vamos en busca del trago o del coctel puntual para pensar el día y acariciar en flashback los altibajos de la jornada. El libro que te espera en la pantalla mientras miras tu copa o vaso e imaginas otras vidas, otros mundos posibles, están habitados por la armonía entre el arte, la literatura y los spirits.
II.
¿Qué es un barman literario? ¿Qué son los cocteles textuales?
La necesidad de crear una figura que nos permitiera presentar la relación entre los destilados y la cultura desde la sección Cantina nos condujo al hallazgo del Barman Literario, porque hasta donde sabemos este nombre no fue acompañado antes por el adjetivo que lo define; de modo que hoy podemos afirmar que la feliz mezcla “Barman literario” comenzó en 2017 con nuestra sección y ahora cobra escena, detrás de la barra de las palabras, con este Ebook.
Esta suerte de bartender ilustrado es un autor iniciado en la literatura que mezcla arte & spirits para crear cocteles textuales: composiciones que brindan la armonía en una relación a veces tormentosa.
Las bases de estos cocteles se diluye entre la poesía, la narrativa, el ensayo literario, la crónica y el artículo periodístico, una mezcla de géneros orientada por el ars combinatoria del mixólogo que convierte en maravillas el cruce de bitters, frutas, azúcares y destilados.
III.
El libro ha sido diseñado como una carta de cocteles, concebida visualmente por la diseñadora e ilustradora Marvic Ruiz, en la que te paseamos por distintos destilados. Estos son los 26 cocteles textuales:
Vodka:
El destornillador de Truman Capote: es un coctel textual en el cual la versatilidad del vodka se une esta vez al jugo de naranja para inspirar al genio de la novela norteamericana que fue amado y odiado en partes iguales por las estrellas de Hollywood en su época dorada.
Y la mujer creó el Cosmopolitan: esta mezcla transmite la sensualidad de las estrellas neoyorkinas desde su reinvención en 1985 hasta nuestros días, en un relato hecho para seducir a base de vodka, licor de naranja, un toque de zumo de arándano, otro de limón o lima y mucho hielo.
Ronería:
Gabo y el ron: una historia fresca y encantadora como el mar Caribe nos descubre el gusto de Gabriel García Márquez por este destilado, en anécdotas poco conocidas donde se describe el placer que experimentó junto al trago a lo largo de su vida el Premio Nobel de Literatura de 1982.
Los diarios del ron: presenta a Johnny Depp en el año 2012 en una película rodada en Puerto Rico a partir de los manuscritos del periodista contracultural Hunter Thompson, quien disfrutó de todos los rones del Caribe y tuvo el placer de brindar con cada uno de sus personajes.
Mosaico Caribe: es el ron en todas sus presentaciones: el elixir sagrado y, a la vez, profano, que anima ritos secretos y fiestas interminables, el toque íntimo que agudiza los sentidos, el oro multicultural de una región que lo disfruta desde el nacimiento hasta la muerte.
La canción de Stevenson: cuenta la pasión del escritor escocés Robert Louis Stevenson por el mar y el ron, a partir de su novela de aventuras La isla del tesoro, donde los piratas celebran el destilado con un estribillo: “Quince hombres sobre el cofre del muerto, ¡ah, ja, jai! ¡Y una botella de ron!”.
Mocktails:
Una taza de café: expresa la nostalgia por la patria sentida por nuestro ilustre humanista, don Andrés Bello, al probar en Chile el café venezolano, en un precioso texto de Luis Correa publicado por primera vez en 1923, rescatado y servido por nuestro barman literario para el disfrute del lector actual.
Ginebra:
La ginebra de Francis Scott Fiztgerald: en los “años locos”, enmarcados por la Ley Seca y la gran depresión norteamericana, el trago predilecto del escritor norteamericano fue el London Dry Gin, bajo el cual concibió la historia del magnate Jay Gatsby que lo inmortalizaría. Aquí se cuentan los secretos de los personajes que celebran con el famoso Gin Rickeys con base de ginebra, jugo de lima, soda y hielo picado.
Cocteles de la casa:
El sentido del gusto: en este texto ameno y nostálgico el escritor venezolano Mariano Picón Salas critica la nueva moda de cambiar la copa de vino por el vaso de whisky and soda a la hora de ir a la mesa, en los días, como él gustaba decir: “Cuando la vida tenía menos prisa y más gracia”.
Diciembre o el whisky: un relato para celebrar la Navidad desde la memoria de una joven mujer que le cuenta al barman el origen de la estrecha relación que en su paladar guarda el último mes con el sabor del whisky. Una bella historia donde se enaltece la unión familiar y se celebra la tradición, el placer de viajar y, también, de catar el maravilloso destilado.
Whisky:
Un whiskey para Sinatra: Frank Sinatra, también conocido como “La voz”, amaba “El trago del perfecto caballero”. Este consistía en dos medidas de Jack Daniels, una de agua y tres cubitos de hielo, como lo ilustra nuestro barman desde la barra del Copacabana Palace en 1980.
Humphrey Bogart, un detective entre el bourbon y el scotch: el gran actor de la era dorada de Hollywood compartió su vida entre el whiskey y el whisky dirigido por su gran amigo John Huston. En este coctel textual se funde con el detective Philip Marlowe, el antihéroe del novelista Raymond Chandler, y ambos disfrutan la lluvia dorada del bourbon y el scotch.
Viaje al corazón del tequila:
Tequila: esa pálida llama que atraviesa los muros: nuestro barman literario va tras las mezclas que hace el mexicano F. G. Haghenbeck en El caso tequila (2011), una novela de treinta y cuatro capítulos y el mismo número de cocteles servidos al comienzo de cada uno. De estos, diez son de tequila. Cuatro de ellos son imprescindibles y se ofrecen aquí con su respectiva nota histórica.
Célebres cocteles:
Un Gin-Tonic siglo XXI: la base de este coctel textual es una descripción del gastrónomo Matt Goulding sobre la actualización de un gin-tonic hecho por José Andrés, mejor conocido como el “Rey de la comida española en Estados Unidos”. Es una delicia sensorial: una atractiva composición olfativa, visual, gustativa y táctil.
Orange Blossom y White Lady para una flapper rubia: una nota sobre los cocteles que inspiró Zelda Sayre, una bella mujer que nadó a contracorriente las convulsas aguas del siglo XX y fijó para la posteridad su gusto por la ginebra.
El Gimlet dulce y fuerte de Philip Marlowe: el famoso detective que protagonizó siete novelas de Raymond Chandler esta vez se detiene a apreciar el Gimlet, una mezcla a base de ginebra con jugo de lima o limón, azúcar y un toque de angostura.
El Ramos Fizz de Tennesse Williams: el coctel preferido del dramaturgo norteamericano es presentado aquí en el marco de un evento tradicional en New Orleans: la puesta en escena de doce elegantes bartenders que al finalizar la tarde en el Mayer’s Restaurant agitaban sus cocteleras simultáneamente para vaciarlas luego en las copas de los sedientos clientes.
Un White Ángel en el bar de Joe: este coctel textual presenta la atmósfera de una de las más famosas novelas de Truman Capote desarrollada en el centro de New York en torno a un viejo barman que ofrece la mezcla minimalista de vodka y ginebra.
Vesper Martini, un coctel para la hora violeta: se descubre aquí el origen del nombre del célebre coctel de James Bond a base de ginebra, vodka y Kina Lillet, como lo diseñó el escritor inglés Ian Fleming en su novela Casino Royale.
Grappa:
La grappa de Lobo Antunes: Antonio Lobo Antunes, el importante novelista y expsiquiatra portugués, evoca momentos de su vida y habla de su obra acompañado de una pequeña copa de grappa.
Brandy:
Mi padre al partir: este coctel textual tiene forma de mini cuento en el cual el padre del joven narrador realiza un pequeño rito al tomar un sorbo de brandy de jerez antes de emprender un viaje singular.
Unas gotas de brandy: evoca al tío Pancho de María Eugenia Alonso en la Caracas de antaño al trasladar de la novela al cine el gusto del personaje por el brandy. Un modo de celebrar la Ifigenia de Teresa de la Parra y la película homónima de Iván Feo.
La tertulia del Café Pombo: esta bella estampa presenta a nuestro discreto ensayista Pedro Emilio Coll reunido con el grupo de Ramón Gómez de la Serna en el Madrid de 1920, mientras disfruta de una copa de brandy de jerez.
Cocteles de autor:
La bohemia: esta es la historia de un modo de vida sin normas ni horarios, animado por ríos de vino y distintos aguardientes, aguas de vida o spirits; una descripción de la vida libérrima de artistas y escritores ligados al espectáculo con los hábitos que han inspirado innumerables obras inmortales.
Rum and Coca-cola: un coctel textual sobre una mezcla que recorrió el siglo XX en armonías musicales. Es la historia de un robo que trocó el calipso original en swing y sobrevivió entre los altibajos populares en forma de guaracha, balada pop y reggaetón.
Historia personal de una cantina: este texto realizado para celebrar el primer año en la web que le dio origen a la sección Cantina (adrianagibbs.com), cuenta los progresos del lugar donde “Los poetas beben aguas rumorosas”, como apuntó Juan Manuel Roca.
IV.
Estos 26 textos se presentan en una suerte de carta de cocteles con la presentación de cada destilado (vodka, ginebra, ron, whisky, brandy, entre otros) que hice con la intención del “aprender en disfrute” que siempre procuro; esto en compañía de un universo de botellas traídas por importadores y hechas en Venezuela con recetas de cocteles o la propuesta de su perfect serve. ¿La intención? Que te prepares el coctel de tu antojo y lo disfrutes mientras lees el libro.
En el bar que es este libro cada sección tiene una propuesta musical a cargo del Dj, artista plástico y rocker Torkins Delgado, a quien leerás tras esta introducción.
Tras los 26 cocteles te presentamos a siete bartenders venezolanos que, con su talento, animan distintas barras en Venezuela.
Hay destilados no presentes en esta edición que el barman literario sumará en sus próximos cocteles de Cantina: cocuy, cognac, armañac y pisco, entre otros.
¡Invitados!