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Las etiquetas literarias de Las Moradas

En la antigüedad, denominaban a los filósofos “catadores de mundo”. Ahora que sueñan más los espantapájaros que los hombres, atrévete a catar el mundo: toca, huele, paladea, utiliza los sentidos animales, del animal que fuimos. Despierta al catador que llevas dentro.

Oscar Sipán. “Las horas muertas”. Etiqueta del Senda 2012.

Ahora que usted me pide un buen tinto le diré que me han llegado de España unas cuantas botellas de garnacha tan deliciosas como Las Moradas del Castillo Interior, el último libro que Santa Teresa de Jesús le entregara al Siglo de Oro. Son cinco vinos literales y literarios hechos en la bodega Las moradas de San Martín, en la Sierra de Gredos, para celebrar a la ilustre carmelita descalza. Y a tal efecto se les ocurrió la brillante idea de convocar a cuatro escritores para estampar con fragmentos de sus narrativas las etiquetas de las botellas.

¿Qué le parece?

Mire usted el texto que trae este Albillo Real 2016: “Hay tantas maravillas en una copa de vino como en el fondo del mar”. Esta es la segunda cita de Oscar Sipán, un joven nacido en Huesca el año 1974, autor del libro de cuentos Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas, publicado en 2013. La primera es la que está a la entrada de esta cantina; es decir, en la etiqueta que cuelga arriba, en el lugar que llaman epígrafe, y corresponde a la botella del Senda 2012, un vino muy fresco y aromático.

Y aquí tiene el Initio 2010,  en cuya etiqueta se lee: “Quizá por efecto de la penumbra, confundió las gotas de vino con una mancha de sangre”, que no es otra cosa que el comienzo del relato “Brindis” de la escritora gallega Marta Rivera de la Cruz. Con esta dulce historia, que restaura la costumbre de celebrar en familia la llegada del año nuevo, usted puede tratar de identificar las bondades del caldo destacadas por el sumiller en la nota de cata: “Un vino limpio y brillante. Color rojo picota de alta capa con ribetes granates. En nariz se presenta la garnacha varietal con mucha complejidad. Aromas de confituras de moras, ciruelas, azahar, regalices, cacaos, con gran variedad de plantas aromáticas silvestres y un fondo mineral. En boca se muestra vivo, elegante, amplio y estructurado, con una prolongada y profunda persistencia  que  lo  hace  muy  personal”.

Ahora le presento este vino ejemplar llamado Libro ocho. Las luces 2008, portador de un extracto del cuento “La luz de Madrid” de Lorenzo Silva (1966) quien obtuvo en 2012 el Premio Planeta con su novela La  marca  del  meridiano. De la oscuridad de la botella que contiene la persistencia de la uva despegan estas brillantes líneas: “No es la más clara, ni la más cálida, ni la más poderosa que me ha sido dado contemplar. Pero no hay otra como ella. Es la luz que ilumina los cuadros de Velázquez, la luz a la que Cervantes, tras una vida de sobresaltos, peripecias y peligros vividos en un mar y dos continentes, atisbó la triste figura de un caballero…”.

Una belleza, ¿verdad? Bueno, por último pongo ante usted La Sabina 2010, otro garnacha especial acompañado por un fragmento del cuento “El legado de un hábil bebedor” del aragonés Ramón Acín: “Respetuoso, apostó por los favores del viento para sus viñedos en las cimas aledañas a Gredos, sin olvidarse tampoco de los olorosos abrigos prestados por jaras, sabinas, enebros y pinos”. ¡Qué etiquetas!

Y mientras se decide por uno de estos maravillosos cuentos tintos, permítame hacerle una pregunta que quizá le resulte extraña: ¿conoce la serie “Juego de tronos” que transmite HBO? Me explico: hay allí un personaje llamado Tyrion Lannister que hace el actor Peter Dinklage que es idéntico a Sebastián Morra, también conocido como El bufón el primo, un enano de la corte del rey Felipe IV. Pues resulta que aquí  hay un cuento que extrañamente ha quedado sin etiqueta y lo peor, sin botella: “La luz del enano”, precisamente, de Ángeles Caso, la autora de la novela Contra el viento (Premio Planeta 2009). La pieza que puede catarse al igual que las otras en http://lasmoradasdesanmartin.es/relatos-literatura-y-vino/ narra una sesión de pose del enano Sebastián Morra para Diego Velázquez quien lo retrata hacia el año 1645, en la cual, cansado ya de la inmovilidad el personaje le dice al pintor:

– Maestro Velázquez, ¿podríais servirme un trago de ese vino vuestro tan bueno, el de las bodegas del rey, ese que os traen desde San Martín de Valdeiglesias?

Así comienza la historia de aquella luz y nuestro brindis.

¡Salud!

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