El año se despide y es buen momento para reunir en esta publicación a los vinos que ha traído la importadora Askar a Venezuela durante el último trimestre de 2019. Su portafolio ha crecido tanto en lo cuantitativo como cualitativo (con vinos de Argentina, Chile y España, entre otros países), lo que es una buena noticia para los winelovers.
Argentina en cata
En 2017 ocho vinos de Escorihuela Gascón, bodega de tradición en Argentina, llegaron a Venezuela. Recuerdo que ese año en una entrevista que le hice a su enólogo, Matías Ciciani Soler, él destacaba que uno de sus desafíos era mostrar la expresión de otras cepas más allá del malbec. Pues bien, esos vinos han llegado y son los de la línea Escorihuela Gascón; pueden descorcharse tres tintos de las variedades pinot noir, sangiovese y cabernet franc:
- Destaco la oportunidad de disfrutar una afamada uva, la pinot noir. Escorihuela Gascón Pinot Noir, elaborado 100% con uvas provenientes de sus viñedos ubicados en Agrelo (Luján de Cuyo). Tinto delicado y de sutileza.
- Uno de los tintos permite conocer la expresión de una cepa italiana cultivada en Argentina: Escorihuela Gascón Sangiovese. “De color rubí intenso, nos ofrece en nariz adicionalmente a los aromas a tierra húmeda, a bosques y a aceitunas negras que expresa en origen, notas a café tostado, a cuero y a cacao”, describe el sommelier José Gregorio Pereira.
- Desde hace varios años Argentina ha venido demostrando su talento en hacer buenos tintos con cabernet franc. Este lo refrenda: Escorihuela Gascón Cabernet Franc. ¿Uno de sus momentos de disfrute?… “Con platos untuosos y de prolongadas cocciones que armonicen y suavicen taninos robustos y con carácter”, propone Pereira.
Fotos: Natalia Brand @gastrobrand
A estas tres novedades se suman dos vinos de la línea ultra premium: The President’s Blend, mezcla de 85% Malbec, 10% Cabernet Sauvignon y 5% Syrah, cuidadosamente añejado durante 16 meses en barricas de roble francés; y Don, creado como un homenaje al fundador de la bodega. Es el vino ícono de la marca. Uvas cuidadosamente seleccionadas, este tinto ha sido certificado 100% orgánico y biodinámico. Así lo describe Pereira: “Boca caudalosa y compleja con una nariz amplia e intensa”.

En Escorihuela, como bien ha dicho su enólogo “convive un estilo clásico con la búsqueda constante e incansable de nuevos horizontes enológicos. Nuestra intención es elaborar vinos que reflejen nuestra tierra, nuestro terroir; por eso tratamos de intervenir lo menos posible y dejar que el lugar se exprese”.
Valencia con la razonada irreverencia de los Arraéz
Más vinos de Bodegas Arráez, casa situada en el entorno privilegiado del paraje natural de Terres dels Alforins, se sumaron al portafolio de Askar. Con su desenfadado estilo el enólogo Toni Arráez, tercera generación de esta bodega familiar, los dio a conocer en cata:

Cava Sutra: “Espumoso hecho con 90% macabeo y 10% chardonnay bajo el método tradicional, como lo exige la denominación cava, pero en este caso ha tenido una crianza en lías de 11 meses”. Fresco, chispeante y frutal.
Resalto la línea de vinos Los Arráez que me gustó mucho en copa y por el trabajo que hay detrás con cepas autóctonas españolas, uno de los ejes que marca el estilo de la bodega.
“Vinos blancos y tintos que buscan rescatar uvas olvidadas y que se cultivan en parcelas con edad. El blanco, por ejemplo, está elaborado con una cepa llamada verdil que estuvo en peligro de extinción. Tiene crianza en lías, es blanco con estructura y untuosidad para disfrutar en la mesa”.
En el caso de los tintos de la línea, uno tiene a monastrell, tintorera y cabernet sauvignon en mezcla; otro solo a monastrell y cabernet. Son grandes vinos para momentos de homenaje. “Inspirados tanto en mi abuelo, Antonio Arráez Garrigós, quien fundó en 1950 la bodega que dio inicio a esta saga familiar; y en mi papá, Antonio Arráez Ibanco”.
Otra de las nuevas etiquetas es Vividor, de la D.O. Utiel Requena. Es 100% bobal, otra cepa autóctona de España. “Con la idea de que siga expresando la fruta, tiene un paso de cuatro meses por barrica de roble americano y húngaro. Fue reconocido como el mejor Bobal de Valencia”, dice orgulloso.

¿Qué aporta el roble húngaro?, le pregunté. “Las notas tostadas de café son propias de este tipo de madera”.
Arráez trabaja con variedades autóctonas como monastrell, tempranillo, garnacha, tintorera, verdil y moscatel que se complementan a la perfección con las variedades foráneas como cabernet sauvignon y syrah. “La monastrell es mi variedad favorita, uva de mi zona y que marca, además, la historia de la bodega”, puntualiza.
Rioja Alta en copa
Ubicada en el corazón de la Rioja Alavesa, Solar de Estraunza, pequeña y casi artesanal bodega, combina tradición y mística de trabajo.

“Fundada en 1990, es una bodega boutique asentada sobre suelos calizo – arcillosos que posee una capacidad de producción de apenas un millón de litros al año, de los cuales el 90% se destina a consumo interno (casi el 65% se queda en el país vasco)”. Así la presentó el sommelier José Gregorio Pereira en una cata en la que pudimos disfrutar de cuatro de los vinos que han llegado al país:
Solar de Estraunza Blanco: Elaborado 100% con la variedad viura, es un vino joven, fresco y brillante. “De color amarillo dorado pálido, ofrece una amplia y perfumada paleta aromática. Con acidez marcada y larga despedida en boca es un vino ideal para acompañar con platos untuosos de media complejidad como unas vieiras al gratén”.
Solar de Estraunza Rosado: 50% viura y 50% tempranillo están en este vino de tenue y delicado color salmón. “Estructurado en boca, redondo, es copa para armonizar con arroces a la marinera”.
Solar de Estraunza Tempranillo: El sommelier Pereira destaca la particular combinación de dos técnicas de vinificación muy diferentes en este tinto. La maceración carbónica que produce vinos frescos y ligeros, que se ensambla en esta oportunidad con una porción de tempranillo vinificado de manera tradicional, para dar como resultado un producto ambivalente, complejo y fresco a la vez, en sus palabras.
Solar de Estraunza Crianza: Elaborado con tempranillo, tiene una guarda de doce meses en barricas de roble francés y de roble americano y un año de afinamiento en botella. Pereira destacó su compleja nariz “que evoca café, chocolate, cuero, tabaco, frutas confitadas, pimienta negra”. Complejo y estructurado en boca, de taninos redondeados por el tiempo, y una muy larga persistencia. Ideal para hacer armonía con carnes de larga cocción.
Alegre y perfumada Galicia
Bajo la Denominación de Origen Rias Baixas en Galicia, España, han regresado los vinos de Paco & Lola. ¿Qué podemos descorchar en el país?
Lola: Cava Brut elaborado con Macabeo, Parellada y Xarel-lo. “Amarillo pálido de burbujas abundantes, delicadas y persistentes. En nariz aromas que recuerdan a flores blancas, a manzana y a miel; es copa perfecta para iniciar una velada entre amigos o una celebración”.

Lolo: Un albariño joven con “una golosa paleta aromática que nos hace recordar las frutas blancas de hueso como el durazno o el melocotón en esta oportunidad muy maduros, notas a flores blancas. Para acompañar un tradicional pulpo a la gallega o unos mejillones a la marinera”.

Paco & Lola: Elaborado a partir del mosto flor de uvas especialmente seleccionadas de los mejores viñedos, descansa brevemente sobre sus lías finas, tiempo para otorgarle complejidad aromática y elegancia. “Con un paso por boca untuoso que deja en su despedida un recuerdo largo y persistente. ¿Armonía? Platos de la cocina japonesa.

Mi invitación a partir de todo este abanico de opciones es la de huir de los paladares monotemáticos. La de probar vinos diferentes. Hay un largo y jugoso camino por recorrer y cada botella es única.
Coordenadas: @askarvinos.
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